Fuera de Asturias, no son muchas las personas que saben que en nuestra región se cultivan viñedos y se producen excelentes vinos. Sin embargo, a medida que crece la calidad de los vinos de Asturias, crece el interés de los aficionados a la enología, que buscan en las bodegas asturianas sabores y estilos diferentes.
Cangas del Narcea ha sido la encargada de mantener viva una tradición casi perdida en Asturias, la viticultura, que ahora resurge con fuerza y se expande por otras comarcas con la promesa del enoturismo. Parres, Ibias y otros concejos ya tienen en marcha interesantes proyectos vinícolas y pronto los vinos de Asturias serán una referencia para los amantes de los grandes caldos y una gran compañía para la espectacular gastronomía asturiana.
Cangas del Narcea: rescatando la tradición
Hablar de los vinos de Asturias es hablar de Cangas del Narcea y su Denominación de Origen Protegida, que se remonta ya al año 2008. Esta DOP ampara a los vinos producidos por un puñado de productores cangueses y de muncipios vecinos que custodian una herencia viticultora ya milenaria.
Las vides llegaron a la zona seguramente con los romanos, hacia el siglo II de nuestra era. Sin embargo, su cultivo no se hizo importante hasta el siglo IX, cuando los monjes del influyente monasterio benedictino de Corias los convirtieron en una parte sustancial de su actividad económica.
Esos vinos, primero muy primitivos y rudos, empezaron a modelarse a partir de 1870. De hecho, en 1873, un vino de Cangas ya gana una mención de honor en la Exposición Nacional de Madrid.
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— Pedro Pablo Alonso (@ppalonsog) September 8, 2019
Poco después, la brutal crisis de la filoxera, que arrasó las viñas de Europa, truncó en seco ese prometedor avance del vino de Cangas. Los viticultores tuvieron que empezar de nuevo y para principios del siglo XX ya empieza a sistematizarse su producción con bodegas modernas y nuevas técnicas. Sin embargo, con el tiempo la producción decayó y la actividad vitivinícola de Cangas del Narcea fue salvada en los años 90 gracias a la fundación de la Asociación de Productores y Elaboradores del Vino de Cangas del Narcea. Ellos impulsaron de nuevo el cultivo, actualizaron las bodegas y lograron primero una Indicación Geográfica y, en 2008, la DOP que hoy protege la producción.
Estos viticultores de Cangas del Narcea trabajan en condiciones muy especiales. Sus viñedos son difíciles y exigentes: ubicados en terrazas y laderas, no facilitan la mecanización y obligan a que la mayor parte de los trabajos se hagan a mano. Lo escarpado del terreno, la dureza del clima y las pequeñas extensiones de los cultivos hacen que se considere viticultura heroica.
A pesar de las dificultades, cada temporada aumenta la cosecha y se van incorporando bodegas a la oferta. Hoy en día, los productores de Cangas del Narcea ofrecen vinos tintos y blancos de alta calidad.
Los vinos tintos de Cangas se elaboran con uvas de las variedades carrasquín, verdejo negro, albarín negro y mencía. Los jóvenes son vinos de aroma intenso, que recuerda a flores y frutas. En boca destacan por su frescura y su acidez bien equilibrada. En cambio, los crianza, reserva y gran reserva son vinos de gran estructura, muy sabrosos y con potencia.
Por su parte, los vinos blancos de Cangas del Narcea proceden de uvas albarín blanco, albillo, moscatel de grano menudo, godello y blanca extra. Limpios y muy transparentes, tienen intensos aromas frutales y son muy frescos y sabrosos en boca.
Si te interesa conocer los vinos de la zona de Cangas del Narcea, el mejor momento es en otoño, para disfrutar dela vendimia y, sobre todo, de la Fiesta de la Vendimia del Vino de Calidad de Cangas del Narcea, que en 2019 se celebra del 10 al 13 de octubre. Si quieres ir, puedes alojarte en nuestros hoteles rurales del Occidente de Asturias. Desde cualquiera de ellos, puedes acercarte a conocer las bodegas y los viñedos.
Ibias, otro esfuerzo por la viticultura heroica
El empuje de la viticultura asturiana no se ciñe a Cangas. Su DOP incluye también a varios viñedos de Tineo, Grandas de Salime, Allande, Illano y Pesoz. Pero, sobre todo, destaca el concejo de Ibias. Allí, en el suroccidente de nuestra comunidad autónoma, una veintena de productores lucha también contra un terreno duro y accidentado para producir una cuarta parte del vino de la denominación ‘Vino de Cangas’.
Con unas 30 hectáreas en producción, Ibias sabe bien lo que es la viticultura heroica. Colgados en cortados imposibles, con pendientes que hacen pensar más en la escalada que en la agricultura, sus viñedos aprovechan el sol del sur de Asturias para producir uvas dulces de maduración más temprana que las de los valles de Cangas. Además, en Ibias son frecuentes los ‘parrales’, emparrados montados sobre empalizadas de madera de castaño que se plantaban al borde de caminos o de fincas.
En Ibias se están plantando nuevas viñas y en este 2019 se incorporan al mercado los vinos elaborados por la primera bodega con sede en el municipio. Hasta ahora, la uva salía de allí camino de las bodegas de Cangas, pero ya se empieza a procesar en suelo de Ibias y se espera que pronto haya nuevos vinateros en el ayuntamiento.
Oriente: una visión de futuro para los vinos de Asturias
Al otro extremo de Asturias, en el concejo de Parres, cerca de Arriondas y Cangas de Onís, también renace la viticultura. El grupo Nature lleva ya varios años cultivando las cepas plantadas en el entorno del Palacio de Nevares.
Allí, en suaves laderas que miran al sur, se experimenta con uvas blancas, como la variedad albarín, autóctona de Cangas del Narcea y muy bien adaptada a las condiciones climáticas. También se prueba con una uva más conocida, la gewürztraminer, una uva que se utiliza para vinos dulces y que procede de Centroeuropa.
Resucitar las viñas en el Oriente asturiano es el sueño de un empresario de Cangas de Onís que espera comercializar ya este mismo año sus primeras botellas de vino blanco. Además, es también una visión: una propuesta de futuro para un campo que necesita revulsivos y alternativas. Producir vino y generar en torno a él una experiencia de enoturismo es el horizonte que se han fijado los promotores de estos viñedos.
Con este renacer, los vinos de Asturias suman un argumento más en su lucha por convertirse en una referencia entre la viticultura del norte de España, donde los vinos gallegos mandan y donde cántabros y vascos llevan ya cierta ventaja.
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