Este verano post-pandemia, todos queremos tranquilidad y disfrutar de nuestro descanso sin pensar en el coronavirus y sin que aglomeraciones y multitudes nos traigan de golpe su recuerdo y su amenaza. Asturias es una de las pocas regiones que garantiza esa combinación de seguridad y tranquilidad. En sus playas, campos y montes se puede encontrar sin problema esa paz que todos buscamos tras tantos meses de zozobra.
En este artículo reunimos nuestros cinco lugares preferidos para estar solos en Asturias y pasar unas vacaciones inolvidables sin miedo a los rebrotes del Covid-19. Sigue leyendo y descubre nuestros cinco paraísos dentro del Paraíso Natural.
En 2019, Asturias recibió 2,3 millones de turistas, un récord histórico que habla a las claras de la excelencia turística de nuestra región y de su enorme capacidad para atraer visitantes de todo el mundo. Este 2020, por culpa del coronavirus, los números no serán los mismos, pero sin duda muchas personas seguirán pensando en nuestra tierra como destino vacacional. Lo harán, atraídas por sus espacios abiertos, su verde infinito, su legado cultural, su gastronomía única y la belleza de sus playas. Y muchas vendrán buscando aislarse, perderse por montes y acantilados y dejar atrás los meses de pesadilla que hemos pasado luchando contra la pandemia.
En este sentido, Asturias es una de las regiones donde la Covid-19 ha golpeado menos y donde autoridades, sanitarios y fuerzas del orden mejor han sabido crear una verdadera muralla contra el virus que ha sido reconocida internacionalmente.
Todo esto hace del Paraíso Natural un destino especialmente atractivo para olvidarse del coronavirus y tener unas vacaciones normales, felices y relajantes. A lo mejor no podemos celebrar todas nuestras fiestas de verano, o quizá alguna de nuestras increíbles playas tenga restricciones. Pero, aun así, tenemos un territorio lleno de lugares en los que sentirse a salvo y dejar que la naturaleza transforme nuestro espíritu. Esta es nuestra guía secreta para estar solos en Asturias:
El alto Navia y el extremo occidente de Asturias
Una de las zonas más remontas del Principado de Asturias es el conjunto de sierras y valles que conforman el extremo sur-occidental, entre la cuenca alta del río Navia, la linde con León y la frontera con Galicia.
Esa Asturias es increíble: enormes extensiones de bosques profundos y verdes, pastizales en altura en lomas desde las que se atisba media región, ríos limpios, embalses que hacen pensar en lagos alpinos y aldeas diseminadas por las laderas, con sus tejados de pizarra y sus hórreos, aferradas al tiempo y a la roca como centinelas de una tradición que se niega a desaparecer.
Esa zona incluye a Pesoz, Abres, la comarca de los Oscos, Taramundi y Grandas de Salime. Y, un poco más al sur, todavía más remota, Ibias, el confín occidental de Asturias, casi rodeada por territorio gallego. Es una zona de ganaderos, pero también de artesanos, como los afamados fabricantes de navajas y cuchillos de Taramundi, y de ingeniosos emprendedores que han encontrado en la tierra de sus ancestros una oportunidad para vivir de y por Asturias.
Lejana, con carreteras complicadas y unas infraestructuras todavía mejorables, la zona es perfecta para calzarse las botas, echarse la mochila al hombro y dejarse ir por caminos y senderos. Cuatro pasos más allá del hotel rural empiezan la soledad y la extrema belleza de un territorio casi intacto.
Las comarcas vaqueiras
Un poco menos al occidente, entre la espectacular costa de los concejos de Valdés y Cudillero y hasta las montañas de Allande y Cangas del Narcea, se extiende la llamada comarca vaqueira. Se trata de una serie de municipios de claro carácter agrícola y ganadero que reciben ese nombre por los vaqueiros de alzada.
Los vaqueiros de alzada son un grupo étnico y cultural propio de Asturias. Su origen es muy discutido y se pierde en la Edad Media, pero lo cierto es que llevan siglos apegados a ese territorio, defendiendo sus tradiciones, haciendo mudanza entre los valles bajos y sus ‘brañas’ en altura, al compás de la naturaleza, los pastos y sus vacas, esos animales casi sagrados que dan nombre a este particular grupo humano: los vaqueiros.
La comarca ocupa una amplia extensión del Occidente de Asturias: valles de intenso verde en los que se cultiva de todo, pero, especialmente, las preciadísimas fabas. Prados y pastizales frescos en los que pastan felices vacas lecheras y de carne, núcleo de la actividad ganadera de este pueblo industrioso y trabajador, amante de la libertad.
Recorrer la comarca vaqueira es un deleite para los sentidos: basta tomar cualquier carretera secundaria al azar y recorrer sin prisa la sucesión de pueblos, aldeas y brañas. Detenerse en cualquier de ellas y caminar por sus ‘caleyas’ atemporales, tomar un refresco en cualquiera de sus bares-tienda de ultramarinos y asomarse un poco a la intimidad de estas gentes hospitalarias y amables. Es una forma maravillosa de recorrer una de la zonas más bellas y desconocidas de Asturias. Y, si las fechas coinciden, no se puede dejar de conocer ‘la Vaqueirada’, el gran festival vaqueiro, que se celebra el último fin de semana de julio en la ‘braña’ de Aristébano, en las alturas que separan Valdés de Tineo, en pleno corazón de la comarca vaqueira. En esta fiesta única, se celebra una boda al estilo vaqueiro y se reúnen miles de personas al son de las gaitas para revivir las viejas tradiciones del pueblo de alzada.
Si quieres recorrer la comarca vaqueira o la zona más occidental de Asturias, puedes alojarte en cualquiera de nuestros hoteles del Occidente de Asturias.
Quirós y el parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa
Si lo que buscan los visitantes es estar solos en Asturias y disfrutar de sus montañas, pocos lugares como el concejo de Quirós, al sur de la región, sorprendentemente cerca de Oviedo y, al tiempo, increíblemente tranquilo y poco poblado.
Sus bucólicos pueblos ascienden rápidamente por las laderas que llevan al espectacular parque Natural de las Ubiñas-La Mesta, reserva de la Biosfera y uno de los espacios naturales mejor conservados de España. Sus más de 35.000 hectáreas se reparten entre Quirós y otros cuatro concejos y protegen bosque atlántico, con impresionantes hayedos, y zonas de pastizales alpinos que llegan hasta las masas calizas de la Cordillera Cantábrica, cubiertas de nieve gran parte del año.
En esos montes intactos se esconden osos pardos, lobos y algunos ejemplares del casi desaparecido urogallo, una de las aves icónicas del mundo cantábrico. Además, el parque contiene importantes restos arqueológicos, desde abrigos prehistóricos a la gran calzada real, el camino que históricamente comunicaba a Asturias con la Meseta.
Salir a caminar por estas montañas es sumergirse en un entorno fascinante. A lo mejor este parque no tiene la espectacularidad de los Picos de Europa, o el valor natural de Muniellos, pero es un lugar de enorme belleza, maravillosamente bien conservado y, sobre todo, tranquilo, ajeno a las aglomeraciones, perfecto para descansar caminando solos en Asturias.
Además, en Quirós también está la Senda del Oso, una vía verde que utiliza el tendido de un viejo ferrocarril minero y que es uno de los grandes atractivos de la zona.
En esta zona central de Asturias también se pueden encontrar magníficos hoteles rurales de Casonas Asturianas.
La playa de Cueva y el entorno de Cabo Busto
De vuelta al Occidente de Asturias, encontramos una zona de playas que resulta perfecta para perderse y disfrutar del mar en soledad, sin tener que luchar por un hueco para la toalla y sin ninguna de las restricciones que están implantando en las masificadas playas de otras zonas.
Destaca la playa de Cueva, un lugar paradisiaco que sirve de desembocadura para el río Esva. La larga playa de guijarros se abre suavemente al mar, rodeada de prados verdes y eucaliptos cuyas ramas acarician las olas.
Muy cerca de Cueva, en dirección al este, se encuentra el cabo Busto, una formidable punta de tierra que se clava en el Cantábrico dejando a ambos lados impresionantes acantilados y, a sus pies, playas diminutas de belleza fascinante, verdaderos refugios de piratas a los que se llega por senderos y escalas. Son minúsculas calas secretas, olvidadas por las guías oficiales y alejadas de las rutas de los turistas. Lugares perfectos para desconectar por completo de la rutina y olvidarse del coronavirus y sus incomodidades, descansando solos en Asturias.
Son playas como la del Bozo, la Herbosa, el Serrón, el Cabo, Ferreiro, Santa Ana, Campiecho… Lenguas de arena oscura y piedras redondeadas, bañadas por las aguas más limpias de la Costa Verde. Y, al final, la preciosa playa de Cadavedo, bajo la ermita de la Regalina. Si quieres disfrutar en soledad de las playas de Asturias, recuerda este rincón del occidente a la sombra del Cabo Busto. ¡Te parecerá mágico!
La playa del Cobijeru, el rincón más oculto para estar solos en Asturias
Las playas de Llanes son célebres en toda España. Algunas, como Torimbia, Toranda o Borizo son amplias y muy concurridas. Otras, en cambio, diminutas, secretas, solo para iniciados en los vericuetos de la costa asturiana. Entre ellas destaca la playa del Cobijeru, un rincón escondido al este de Buelna, ya muy cerca de Cantabria.
Esta pequeña playa interior, un mínimo arenal dorado entre prados verdes y acantilados blancos, es una sorpresa que rivaliza en interés y belleza con la también cercana Gulpiyuri. Sin embargo, mientras Gulpiyuri se lleva a las masas de turistas, Cobijeru permanece oculta en su emboscada marina, lejos de los tropeles veraniegos. Es uno de nuestros rincones favoritos de Asturias, un arma secreta para combatir el estrés y vivir un verano perfecto.
Si se trata de estar solos en Asturias, pocos lugares como estos cumplen los requisitos. Además, muy cerca de todos ellos puedes encontrar hoteles rurales de Casonas Asturianas.