Asturias subterránea: cuevas, pinturas rupestres y minas. ¡Aquí abajo no llueve!
Interior de Cueva Huerta en la Asturias subterránea

Una vista de Cueva Huerta, en Teverga.

Asturias es espectacular en la superficie: montañas blancas de más de 2.500 metros, una deslumbrante costa esmeralda y un campo verde como no encontrarás otro. Pero no hay que quedarse en la superficie: bajo la tierra, Asturias despliega una belleza sorprendente en forma de cuevas y cavernas naturales, pinturas rupestres y las increíbles minas de carbón que recorren las venas de este territorio.

Si buscas un plan para disfrutar de Asturias, recuerda que bajo tierra no llueve y la temperatura siempre se mantiene estable. Aprovecha el invierno para explorar las entrañas del Paraíso Natural recorriendo estas maravillas naturales, históricas e industriales.

Pinturas rupestres: Tito Bustillo

Sin duda, Tito Bustillo es la gran estrella del mundo subterráneo en Asturias. Esta caverna excavada por el agua en la roca caliza alberga un impresionante conjunto de pinturas rupestres que ha sido incluido en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Cueva de Tito Bustillo, uno de los templos de la Asturias subterránea

Uno de los fascinantes grabados de Tito Bustillo. Foto: Turismo de Asturias.

Los maravillosos grabados de Tito Bustillo se hicieron entre el 33.000 y el 10.000 antes de Cristo y representan muchos de los animales que poblaban la Asturias de aquella época: caballos salvajes, renos, ciervos y bóvidos. Algunos expertos consideran que podrían haber sido elaborados por hombres de Neanderthal, si bien es una hipótesis discutida.

El estado de conservación de las pinturas es muy bueno, pero es necesario protegerlas con máximo cuidado y eso obliga a reducir mucho los grupos de visitantes. Por eso, la visita debe concertarse por adelantado y ten en cuenta que, por su difícil acceso, solo abre durante un periodo concreto del año. Debes informarte bien para saber si la cueva es visitable cuando te interesa. Y recuerda que los grupos de visita son limitados y es imprescindible ser muy puntual para entrar.

Sin embargo, incluso fuera del periodo de apertura puedes disfrutar de este lugar único: al lado de la cueva se encuentra el Centro Tito Bustillo, una moderna instalación museística donde se ofrece toda la información para comprender el entorno, las pinturas y la cueva. La Cueva de Tito Bustillo está muy cerca de Ribadesella, en el Oriente de Asturias.

Pinturas rupestres: Cueva de la Peña o de Candamo

La Cueva de la Peña o Cueva de Candamo se encuentra en San Román, una localidad del concejo de Candamo, en la Asturias central, muy cerca de Avilés, Oviedo y Gijón. Esta caverna, ocupada entre el 25.000 y el 14.000 antes de Cristo, destaca por el sentido simbólico de sus grabados y pinturas. Parece que la cavidad no fue utilizada para vivir, sino con un sentido ritual, lo que le da una importancia especial.

caballo prehistórico pintado en la Cueva de Candamo, parte de la Asturias Subterránea

Este caballo es uno de los símbolos de la Cueva de la Peña.

En sus muros se pueden ver ciervos heridos, los míticos uros y muchas otras figuras de animales. También símbolos que parecen remitir al poder de guerreros, cazadores o sacerdotes-chamanes.

Esta impresionante cueva forma también parte de la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad y, junto con Tito Bustillo y Altamira (Cantabria), conforma un sistema de cavidades con pinturas prehistóricas único en el mundo.

Pinturas rupestres: Cueva del Fornu

Esta cueva, también llamada del Conde, es menos conocida y, sin embargo, su importancia es enorme. Está ubicada en Tuñón, en la zona central de Asturias, cerca de Trubia y de Oviedo. Parece probado que la cueva fue utilizada por los neandertales y algunos investigadores, como el prestigioso Juan Luis Arsuga, consideran que en ella convivieron neandertales y cromañones, lo que da una idea de su importancia desde el punto de vista científico.

Cueva del Conde

Un aspecto de la Cueva del Conde. Foto: Turismo de Asturias.

Las pinturas que alberga la Cueva del Fornu son muy interesantes porque no son figurativas. Son un conjunto de grabados del periodo Auriñaciense. Se elaboró hace unos 30.000 años y constituye una de las formas de arte más antiguas de la Humanidad.

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Asturias subterránea: Cueva Huerta

La impresionante Cueva Huerta se encuentra en Teverga y se cree que es la más larga de Asturias. En ella no hay pinturas rupestres, pero el espectáculo espeleológico que ofrece esta cavidad hace que nadie piense en grabados prehistóricos. El agua ha moldeado el interior de esta gruta de forma tan caprichosa que el visitante la recorre con la boca abierta.

Entrada a la cueva Huerta en Asturias subterránea

La visita a la Cueva de la Huerta es un espectáculo. Foto: Turismo de Asturias.

La belleza de esta cueva resulta asombrosa. Sus cerca de 20 kilómetros de longitud están llenos de formaciones geológicas, cauces de agua y colonias de murciélagos que hibernan en su interior.

Si te gusta la naturaleza en su estado más primigenio, la excursión al interior de la Cueva Huerta es una visita obligada en esta Asturias subterránea. Eso sí: conviene ir preparados con calzado y ropas adecuadas, porque un paseo por las entrañas de la tierra nunca es fácil.

Cavernas  y cuevas: Cuevona de Cuevas del Agua

Mucho menos exigente en cuanto a forma física y preparación, pero igualmente fascinante, la Cuevona de Cuevas del Agua, muy cerca de Ribadesella, es una visita ideal para hacer con niños. Son solo 300 metros de longitud, y además se pueden hacer en coche, porque la cueva sirve de acceso a la localidad riosellana de Cuevas del Agua. Pero ese breve recorrido está cuajado de estalactitas, estalagmitas e impresionantes coladas. Toda una lección de geología que se puede disfrutar sin salir del coche.

Cuevona de Cuevas, gran caverna en la Asturias Subterránea

La Cuevona de Cuevas se puede visitar en coche.

Esta cueva permite comprender cómo funciona el karst, el fenómeno geológico que disuelve la roca caliza y crea estas caprichosas formaciones dentro de las cuevas de la Cordillera Cantábrica y las sierras aledañas.

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En el interior de las minas: Pozo Sotón

Las minas de carbón son un emblema de Asturias y, sobre todo, de la Asturias subterránea. Aunque hoy la minería está casi extinguida, esta actividad industrial ha marcado para siempre el carácter, la economía y la fisonomía de nuestra tierra. Ese increíble legado se puede conocer ahora de cerca gracias a visitas guiadas a las viejas minas. Una de las más llamativas es la de Pozo Sotón.

Sotón se convirtió en 2015 en la primera mina del mundo en ofrecer a los visitantes la posibilidad de vivir en sus carnes la experiencia de ser minero. El recorrido por la mina incluye un estremecedor descenso a las galerías de trabajo, a 600 metros de profundidad, para ver de cerca los frentes donde los mineros picaban el mineral.

Hoy, la mina está declarada Bien de Interés Cultural y forma parte de la Ruta Europea del Patrimonio Industrial. Se la considera una ‘catedral de la minería’ y es una de esas experiencias que se recuerdan toda la vida.

La visita la interior de la mina está restringida a 30 personas diarias, por lo que deberás reservar con antelación. Y prepárate, porque bajar al pozo con tu casco, tu lámpara y tu equipo de autorrescate es algo muy impresionante.

Minas en la Asturias subterránea: Arnao

Si la bajada al Pozo Sotón pone los pelos de punta, el recorrido por la mina de Arnao es quizá más asombroso. Esta antigua explotación, ubicada en el concejo de Castrillón, tiene una particularidad que la hace única: sus galerías se extienden bajo el fondo del mar.

Esta mina, vecina de la playa de Salinas, ya se explotaba en el siglo XVI, lo que hace de ella la mina de carbón más antigua de España y una de las más antiguas del mundo. Además, en 1833 se abrió en Arnao el primer pozo vertical de la minería asturiana.

Galería de la mina de Arnao

Las viejas galerías de Arnao recrean el ambiente del trabajo minero.

Las vetas de carbón de la mina de Arnao se explotaron tanto que los mineros acabaron picando debajo del fondo del mar. Sus galerías corrían bajo el Cantábrico que, finalmente, acabó reclamando su lugar y colándose en la mina.

Hoy no se pueden recorrer esos túneles submarinos y subterráneos, pero sí los que permanecen en el lado de tierra. La visita termina en la playa, uniendo así esas dos almas de Asturias, la marinera y la minera.

La visita puede incluir también el museo minero y el viejo poblado de Arnao, donde vivieron los trabajadores. Y si buscas un hotel rural en la zona para conocer la Asturias subterránea, puedes elegir alguno de nuestros hoteles del Centro o el Occidente de Asturias.